lunes, 2 de abril de 2012

El Hercules



"PATO", el último Vuelo...

de Silvia Alejandra Freire, el Domingo, 11 de marzo de 2012 a la(s) 23:34 ·
...Comenzaré por presentarme diciéndoles que pertenecí a la I Brigada Aérea, dentro el Grupo Técnico a Mantenimiento y por parte de vuelo al Escuadrón C-130. Dado que el avión lo permitía.

Se realizaron diferentes tipo de  operaciones tales como reabastecimiento en vuelo, lanzamiento de personal y carga, transporte de personal y carga, evacuación sanitaria, observación, aterrizaje de asalto y algo más.

 Luego de este pantallazo sobre el escuadrón, paso a relates uno de los de los vuelos que se realizaron en situación de combate, podría decirse que fue uno de los tantos, pero el que más trascendió por la circunstancias especiales en que se desarrolló y por ser el ultimo.

  La tripulación estaba conformada por el Capitán Víctor BORCHERT y Capitán Hernán DAGUERRE como Pilotos, Navegador el Com. Federico MELA, los Auxiliares de Carga S.A. Roberto M. CARABAJAL y C.P.José PAOLONI, Mecánicos de Vuelos C.P. Carlos SOSA y S.A.Hugo Delmar CASTELLINI y los Tripulantes Especiales, Capitán Guillermo MULLER como Médico y el Suboficial ROJAS SAAVEDRA como Enfermero. La Matricula del avión: TC-65 Indicativo: PATO.

 La orden decía que debíamos cruzar a las Islas un cañón de 155 Mm. y munición más de 10.000 Kg. y evacuar personal entre los que había heridos. Nuestro primer intento fue el 12 de junio, despegando de Comodoro Rivadavia a las 01.30 h. con rumbo a Río Gallegos y mas al sur, Río Grande , ahí comenzamos el descenso , viramos por la izquierda y ya volando sobre el  mar escuchamos por la  radio palabra clave, lo que significa que debíamos regresar.

 Más tarde nos enteraríamos que habían bombardeado la pista, aterrizamos en Río Gallegos, hicimos combustible y a las 09.15 hs llegamos a Comodoro Rivadavia. Las  cosas no andaban bien en las islas, descansamos ese día preparándonos para la próxima. Era muy importan= te  aprovechar  cualquier tiempo libre para dormir, cada día que pasaba la situación requería de mayor concentración en los vuelos y la orden de despegar llegaba en cualquier momento.

 En una oportunidad, antes del 1º de Mayo, regresando  de las islas, tal vez 2/3 de la madrugada, veo el variómetro que indicaba un marcado descenso y el altímetro que habíamos descendido más de 1000 mts., lo toqué al Piloto para indicarle lo que sucedía y al igual que resto estaba dormido, una situación similar a baja altura hubiese significado la última. Lo cierto es que se rompió la rutina, esa noche cruzamos, y en horario para nuestra tripulación no habitual, por algo nos llamaban los murciélagos, despegamos a las 15.30 hs. del 13 de junio hacia un infierno que desconocíamos.                       
 Como era costumbre, hicimos varios cambios de rumbo, luego el mar y a él nos pegamos, no quiero equivocarme, pero creo que fue la primera vez que lo hacíamos de día, viendo el agua, tan cerca, pero sobre todo  con la sensación de que nos podrían ver, nocturno se tiene la sensación de estar oculto y la altura sobre el mar, aproximadamente 15 metros se mantenía por radar altímetro, no era visual sino electrónica, pero con los ojos puestos en el instrumento. El tiempo transcurría y con él, llegó la noche, la proximidad de las islas, resplandores, relámpagos? Tormenta no era normal para la época ni para esa latitud, sin dudas el combate estaba próximo a la ciudad, a la pista.

 En ese momento me encontraba observando hacia las Islas con los anteojos de luz residual, cuando una gran luz se acercaba hacia nosotros, un misil y ahí por un instante quedé paralizado, tiempo suficiente para sentir la muerte, una sensación de paz, de gozo, se apodero de mi.

 Lo vieron pasar? Pregunté, nadie contestó silencio total, luego vino el análisis y después las risas, había sido una  bengala que la artillería o alguna fragata lanzó para iluminar blancos y ese tipo de anteojos  magnificó la luz causando el  engaño.

 A medida que acortábamos distancia, la cruda realidad también lo hacia, el Aeropuerto y la ciudad estaban prácticamente cercados por el enemigo, el cañoneo se veía intenso de ambas partes, morteros y bengalas dibujaban un macabro árbol de navidad con música de motores y donde nuestra pesada Chancha debía posarse. Estábamos próximos a la Pista, oscuridad total, -Reduzca y aterrice- dijo el Navegador, pero un segundo de duda, el exceso de velocidad y la falta de regencias no nos permitió

 El aterrizaje, potencia y rumbo a la artillería enemiga, viraje por la derecha, inicial, básica y final, todo junto, el toque y carreteo por el lado derecho de la Pista en la mitad había un cráter abierto por una bomba.

 Estacionamos en la cabecera opuesta al mar, la 08 creo, y cuando comenzaba la des carga, la torre nos ordenó dirigirnos a la otra cabecera pues esa estaba triangulada por los morteros ingleses. Ir a la otra cabecera significaba despegar hacia las líneas  enemigas, debido  a la premura de sacar el avión de las islas, el enemigo ya estaba enterado e irritado puesto que gracias al apoyo radar.

 Comunicaciones y artillería burlados una vez más.

 El Operador de Torre, con información radar nos actualizaba al instante la situación de los cazas enemigos que se acercaban, llegado un momento y en plena descarga del cañón nos dio 5 minutos de tiempo para el despegue, todos colaborábamos para acelerar el desembarco, los pasajeros a evacuar, comenzaron a embarcar, los motores tomaban potencia, la rampa comenzó a cerrar y en el momento de la liberación de frenos, llegó la orden de abortar, una escuadrilla nos acechaba debíamos evacuar el avión. A pesar de la oscuridad, tantas veces practicado nos permitió agruparnos a distancia del TC-65, el Suboficial CARABAJAL se quedó a ordenar a los pasajeros que se golpeaban para salir por desconocimiento del avión a oscuras.

  Nos metimos en un pozo, parecía seguro, hasta que una silueta recortada en la tenue luz de una bengala nos dijo, de nada sirven los pozos, las belugas entran en todas partes. Los traje antiexposición que usábamos no eran adecuados para la zona, el frio calaba los huesos, fui al avión por abrigo y regresé al lugar. Son alrededor de las 20.30 hs,, el enemigo está a la vista, que inmensidad!, el cielo esta por arriba y por debajo, que pequeño me siento Señor, que vulnerable, que débil me siento cuando me sacan del medio!, que lejos están los míos! Ayúdanos Señor!.

 De pronto la cosa cambia, el informe indica que los cazas se alejan hacia el portaviones, posiblemente por falta de combustible, existía la posibilidad de despegar y escabullirnos en los brazos de nuestro único aliado, el mar.

  -Al avión- Ordenó el Comandante, y allá fuimos, tripulantes y evacuados, cuyo número decreció sensiblemente, había más chance de sobrevivir quedándose en la Islas, en su medio, que hacerlo en el Hércules, presa fácil para los cazas ingleses si lograban detectarnos.

 Rápidamente la puesta en marcha, prácticamente los cuatro motores a la vez, toda la potencia y el despegue con dirección al combate, viraje por la derecha, el mar y a él nos pegamos, nadie hablaba, no hacia falta, éramos un reloj operando juntos, el tiempo transcurrió y con él la distancia que nos alejaba del peligro, en un momento dado, las luces del compartimiento de carga se encendieron y el pasaje esta lló de alegría, habían tomado la decisión acertada, el reencuentro con la familia seria una realidad. Rato más tarde 00.40 hs. del día del 14 de Junio, el PATO, lento, pesado, orgulloso, se posaba suavemente sobre suelo de Comodoro Rivadavia, donde nos enteramos oficialmente que todo había terminado, había sido el último vuelo.

 Desilusión, frustración, alegría de poder estar vivos, todo se confundía en esos momentos. Esta experiencia extrema nos llevó a agradecer a nuestros padres el habernos dado el ser, a la Fuerza Aérea que nos preparó para esta instancia, a la Nación por darnos una Bandera y la oportunidad de defenderla hasta casi perder la vida, y a Dios por darnos otra oportunidad de seguir viviendo y templar nuestros espíritus con la dureza y sensibilidad de haber llegado al limite.

  Aeropuertos tocados para realizar el vuelo del 12/13 de junio. Despegue desde Comodoro Rivadavia, San Julián, Río Gallegos, Río Grande, Islas Malvinas, Comodoro Rivadavia.

 Vuelos que se realizaban en silencio de radio, sin iluminación y a 5 a 15 mts. de altura sobre el mar no tenían margen para el error.

Relato: S.M. (R) VGM Hugo Delmar Castellini
Foto 1: Pintura del C-130 Hércules despegando de Malvinas
Foto 2: En ese entonces, el S.A. Roberto Carabajal a bordo del último vuelo.

 ...

Y yo pido la Bendición de Dios nuestro Señor para aquellos Tripulantes (Sin distinción de Jerarquías) del apreciado HÉRCULES C-130 y el KC-130  reabastecedor de combustible a los aviones Caza Bombarderos Argentinos, por su VALENTIA y PATRIOSTIMO, por la defensa de nuestra ENSEÑA PATRIA...

 S.P. (R) VGM FAA MONGANO, Jorge